“El hombre se hizo siempre de todo material
de villas señoriales o barrio marginal
toda época fue pieza de un rompecabezas
para subir la cuesta del gran reino animal
con una mano negra y otra blanca mortal”
El mayor – Silvio Rodríguez

Naturaleza y sociedad humana. Continuidad y diferenciación
Luego del recorrido efectuado en los artículos referidos a los Sistemas Adaptativos Complejos resulta incuestionable que ciertas definiciones holísticas logran trascender lo considerado tradicionalmente como natural y resultan también abarcativas de lo humano. Pareciera que una gran verdad unificante y universal se presenta de modo implacable ¿Entonces qué es lo estrictamente humano? ¿Qué configura lo social? Pero también estas nuevas herramientas de análisis nos lleva a dos interrogantes también centrales ¿Podemos seguir refiriéndonos a lo social (y luego a lo jurídico) sin incorporar esas verdades? ¿Qué impacto tienen en nuestros saberes y disciplinas?
La red humana
Para comenzar, primera aproximación a los principios emergentes de la complejidad humana, tenemos que definir que está definida por la interacción entre dos o más seres humanos, o sea por la existencia de conexiones entre dos o más nodos, conexiones que se definen por los intercambios de materia, energía e información que operan entre ellos, en virtud de un medio que los contiene, definido también por otras conexiones. Que asimismo se aplican los principios desarrollados respecto a la evolución de la cooperación: crecimiento de la red, inicio de pocos individuos, presencia de heterogeneidades, existencia de memoria individual y colectiva, aprendizaje y estrategias individuales, grupales y colectivas y emergencia de individuos no cooperantes.
Pero, así, hasta ese punto no aparecen elementos que permitan definir un patrón diferencial de lo humano sobre el resto de los organismos vivos.
Las características que definen lo humano (como ente y sociedad indistintamente) las encontramos en una racionalidad más extensa y profunda a la de los demás animales, en una inigualable capacidad de planificar sus acciones, en una tremenda y creciente potencia de almacenar información colectiva, en la formidable posibilidad de tener repetitiva y plena conciencia de la propia existencia, de la de los demás seres y de la finitud, pero especialmente lo que lo constituye como tal es la potencial facultad de construir pensamientos abstractos, posiblemente una consecuencia de todo lo anterior.
Lo cierto es que para que pudiera emerger el ser humano y nuestras sociedades, y que estas se organizaran, se reprodujeran y se sostuvieran en el tiempo se debieron conjugar una serie de factores tremendamente complejos como son la aparición de planetas y un sol, cambios geológicos, modificaciones climáticas, diversidad y disponibilidad de recursos, variaciones biológicas de significativa importancia, etc.
La radicalidad que presenta la experiencia humana en ese planeta es el fuertísimo impacto que ha tenido sobre su medio ambiente en un plazo relativamente corto.
La emergencia de la cultura
Fred Spier, historiador Holandés que ya hemos citado, señala que las profundas transformaciones provocadas por el ser humano se deben a esa extraordinaria capacidad sin precedentes para procesar, almacenar y transmitir enormes volúmenes de información, o sea de participar en el proceso denominado “cultura”. Sin duda que dentro de esa estructura la emergencia más notable es el lenguaje, la escritura, las matemáticas.
Para retomar las categorías propuestas en otros artículos podemos señalar que esa cultura que dota de complejidad lo humano viene dada por la creciente cantidad de seres (nodos) que existen en la red social, la innumerable cantidad de intercambios y flujos de materia, energía e información. Es allí donde emerge un nuevo nivel de análisis.
Asimismo, sin dudas, esas interacciones dan lugar a organismos vivos (sociedades) que se relacionan con otros organismos vivos (entre ellos otras sociedades) y que conforman una única sociedad mundial (un organismo vivo que contiene a todos los demás) en un medio determinado, con suficientes recursos para su sostenibilidad y generando estrategias para su optimización y expansión. Este complejo sistema se encuentra sostenido por un proceso de aprendizaje colectivo de magnitud, que también es susceptible de un fuerte proceso de “olvido cultural” que recién fue siendo revertido hace poco más de 6000 años con el surgimiento de la escritura.
La comunicación
Los intercambios de información humana presentan tal vez uno de los más complejos sistemas de comunicación existentes en el orden biológico, mediante la articulación discursiva. El desarrollo de la comunicación verbal, escrita y hasta gestual que permite la conceptualización de lo cultural en las sociedades humanas presenta características únicas que merecen un estudio particularizado y un análisis de cuál es su impacto en las interacciones que tienen lugar en la red, pero siempre considerados como emergentes del propio orden natural, entendidos como construcciones históricas y definidos por las posiciones que los individuos tienen en la red y la propia estructura de la red social.
El individuo y el grupo
De este modo lo humano se vincula fuertemente con lo social pero también, como cualquier organismo, centra su complejidad en lo individual, en el ser humano. Lo social jamás puede ser dejado de lado, es una fuertísima herramienta de evolución y es condicionante de lo individual. Pero a su vez lo individual es esencial, es parte, es eje del organismo y es en sí mismo un organismo valiosísimo. La conformación en sociedad y la constitución de una organización política son mecanismos adaptativo de increíble valor.

Lucas Gómez Portillo