Recapitulando. Como vimos casi sin respirar en el Brevísimo repaso a la Historia Universal, hasta el Siglo XVII encontramos en Europa/América un sistema de muy breve existencia basado en la actividad agrícola de subsistencia, feudal, sustentado por un modelo colonial, extractivo, de acumulación de metales, con Estados tremendamente concentrados en la figura de un monarca cuyo poder se consideraba originado en la divinidad, estructuras de enorme poder y compuesta por muy pocos individuos como la curia y la nobleza, que se sostenían por la actividad agrícola de los vasallos, quienes se sometían a defender al reino en caso de conflicto. Asimismo la Invasión europea a América define un sistema colonial extractivista, cuyo resultado son millones de personas sometidas y muertas.

Incompatibilidad de los intereses emergentes con el modelo monárquico. Ese modelo empieza a encontrar fracturas ante la estabilización de las poblaciones americanas, las dificultades de las cabezas imperiales para sostener sus colonias cada vez más pobladas por criollos (gente nacida y arraigada en las colonias), quienes tenían cada vez más necesidades de imposible satisfacción por las cabezas imperiales. Pero, especialmente, por la producción de cada vez más excedentes agrícolas y pequeñas cantidades de productos elaborados que generaban redes comerciales con individuos y grupos que empiezan a verse incómodos con el sistema monárquico/aristocrático que no tenía como prioridad la comercialización, la protección de la propiedad privada y que tendía a absorber los excedentes productivos mediante inaceptables impuestos. Esos nuevos sectores principalmente comerciantes son denominados “La burguesía”. El proceso indicado tuvo lugar tanto en las colonias Americanas como en algunas naciones europeas, especialmente en Francia que estaba experimentando los efectos indirectos de la Revolución Industrial en curso (con centro en Inglaterra), habiendo incrementando su población de 20 millones a 30 millones en menos de cien años.

Asimismo el modelo extractivo genero un sistema de acumulación de metales en manos de grupos o individuos particulares que se beneficiaban con el sistema esclavista y colonial dispuesto en América pero también en África, lo cual configuraba grupos de individuos que tenían no sólo intereses en común con las redes comerciales y que actuaban como financiadores de las expediciones, excursiones comerciales e incluso de los propios Estados, sino que además van conformando un sector social que también veía como una amenaza la excluyente autoridad del rey y sus entornos para sus derechos de propiedad y para poder expandir cada vez más el sistema comercial que le daba fortaleza.

Resumiendo (bastante) esa es la base de las disputas que van primero teniendo lugar entre las monarquías absolutas y los espacios que se van gestando como parlamentos (caso de la Revolución Inglesa de mediados del 1600) o como asambleas (Revolución Francesa de fines del 1700), que en general se suma al descontento de las grandes masas populares que ven cada vez más insatisfechas sus necesidades más básicas frente a la opulencia desmesurada de los grupos que configuraban las cortes reales y una mayor afinidad de esas masas con los sectores comerciales emergentes que conducían demandas por mayor participación en la toma de decisiones, por mayor igualdad con la nobleza y por el respeto de su propiedad privada y su libertad para comerciar y transitar las rutas comerciales.

Mientras tanto en América. Las mismas ideas de protección del comercio de las colonias por parte de las élites más pudientes y con mayor influencia, de contar con respuestas más rápidas a sus demandas o mayor autonomía, la necesidad de defensa frente a invasiones de otros imperios (como en el caso del Río de la Plata), las teorías filosóficas que venían de Europa, todo lo cual era exacerbado por la cada vez mayor cantidad de criollos americanos, eran elementos que estaban en ebullición. Las revoluciones de independencia americana van desarrollándose a lo largo del periodo que va de 1.776 con la Revolución Norteamericana hasta la primera independencia Cubana en 1898, con un claro nudo común pero con evidentes diferencias que irán marcando muchas de las posteriores asimetrías y tensiones. La principal y más profunda nota distintiva está dada por el proceso Norteamericano con el resto de los países, dada principalmente por la cantidad de habitantes y su estrecha vinculación y cercanía geográfica con el proceso de industrialización de su cabeza Imperial; la afinidad cultural, histórica e incluso idiomática con Inglaterra son datos innegables en tal sentido.

Lucas Gómez Portillo