Algunos ejemplos
Nuestros sentidos permiten acercarnos a múltiples sistemas. Pensemos en un corazón. Es un conjunto de fibras musculares con una forma y movimiento que permite bombear sangre dentro de unos parámetros que dan lugar a la circulación sanguínea presente en diversos organismos biológicos. Pero también es una gran cantidad de células que se encuentran dispuestos de forma tal que permiten la existencia y funcionamiento de esas fibras, y esas células se encuentran compuestas por átomos, o un conjunto de millones de partículas cuyo resultado es el descripto. Los elementos en juego entonces serán diversos según nuestra forma de pensarlos y sentirlos. En un caso los elementos serán fibras, en otros células, átomos o partículas y en el caso del corazón como unidad es un elemento, un órgano. Ese órgano junto a otros (también separables en otros elementos comunes y menores) conforman un organismo vivo, un lagarto, un ratón o un ser humano. Para cumplir su funcionamiento requieren una conexión entre sí, con procesos que tienen lugar dentro de ciertas variables, tal como la energía que fluye por el sistema nervioso generando la contracción del músculo cardíaco.
Si no veamos el sistema solar. Nuestro planeta gira alrededor de una estrella junto con otros planetas y satélites que interactúan entre sí sosteniendo un sistema. El conjunto conforma un nivel, cada tipo de elemento (sol, planetas, satélites) representan otros niveles, y cada planeta y esa estrella presentan interacciones dentro suyo entre los elementos que la componen que conforman nuevos niveles, algunos de esos elementos interactúan de tal modo que dan lugar a seres vivos que… tienen corazón.
¿Cómo abordamos esos sistemas? ¿Separamos cada elemento, lo diseccionamos y sacamos conclusiones? ¿Vemos como funcionan? ¿Cómo interactúan? ¿Eso se aplica a nuestras sociedades?
Elementos fundamentales de la Complejidad
Los denominados Sistemas Complejos se caracterizan por presentar propiedades emergentes a partir de la combinación de múltiples elementos (energía, materia e información) que tienen lugar en un momento y lugar determinado. De hecho, el factor común de la complejidad que vincula a sistemas tan diversos como seres humanos, la Tierra o el Sol es la necesidad de que la materia se vea recorrida por un flujo de energía que habilita los procesos que los caracterizan. Esta complejidad viene dada entonces por:
(a) el número de elementos fundamentales que intervienen;
(b) la diversidad de los elementos fundamentales que intervienen; y
(c) las interacciones y conexiones que existen entre dos o más elementos fundamentales.
Estos factores derivan en niveles de análisis que presentan características propias y diferentes a las de los niveles preexistentes pero con una conexión lógica y adecuada con esos otros niveles. Cuando un nivel emerge se genera un estado de cosas tiende a perdurar, a conservarse.
Es de la mayor importancia destacar que para que cada nivel de complejidad pueda existir se requiere la confluencia y permanencia de esos elementos fundamentales de manera tal que se logre una estabilidad suficiente para garantizar el sostenimiento de ese estado de cosas. La estabilidad es entendida como un equilibrio dinámico donde los valores esenciales de cada elemento oscilan en un rango determinado que requiere ese nuevo nivel de complejidad para sostenerse. Por ejemplo, un cuerpo biológico cualquiera en nuestro planeta necesita determinadas condiciones de temperatura, acceso al agua, alimentación, luz, presión, oxígeno que de no existir (o de existir en exceso) simplemente provocarían su extinción. Estas condiciones llevaron miles de millones de años en establecerse, permitiendo múltiples niveles de complejidad para llegar a las situaciones de estabilidad actuales.
Sistemas Adaptativos Complejos – Especificidades de lo vivo
Dentro de los Sistemas Complejos podemos distinguir Sistemas que por su característica de adecuación al medio son llamados Sistemas Adaptativos Complejos. Esta categoría se caracteriza por tener la capacidad de adecuarse al entorno en virtud de procesos de aprendizaje y elaboración de estrategias que tienen lugar por la acumulación y aprovechamiento de la información, caracterizando esta cualidad los mecanismos de retroalimentación positiva. La complejidad inanimada a diferencia de la materia viva no utiliza ninguna información para sostenerse a sí misma. Por su capacidad de autorregulación los Sistemas Adaptativos Complejos (SAC) están íntimamente ligados a la vida.
Bibliografía recomendada
Sobre estos temas recomendamos los excelentes y apasionantes libros “El Lugar del Hombre en el Cosmos- La Gran Historia y el futuro de la humanidad” de Fred Spier; “La trama de la vida” de Fritjof Capra; la Tesis de Doctorado de Ignacio Gomez Portillo “La evolución de la cooperación y el origen de la sociedad humana”, todos ellos pueden considerarse un excelente compendio de los más actualizado en estas temáticas. El primero es un Historiador Holandés, el segundo un Físico Austriaco y el último un físico Argentino. Todo lo que se desarrolla en los textos que se vinculan a este tema usan como fuente estos textos, lo cual nos exime de hacer innecesarias citas en los mismos.

Lucas Gómez Portillo